SoftBank al rescate de Intel con $2 mil millones

Intel recibe inyección económica

A inicios de abril se difundió que Intel y TSMC evaluaban crear una empresa conjunta para gestionar las fábricas de semiconductores, donde TSMC tendría una participación minoritaria y Intel mantendría el control. Aunque la iniciativa no prosperó, la opción de separar las plantas de chips de la compañía sigue vigente, y ahora surge el interés del grupo japonés SoftBank en tomar el control de esta infraestructura productiva, según reportes de medios internacionales.

La apuesta de SoftBank

SoftBank apuesta por Intel y sus chips Intel ha vivido años de desafíos financieros y estratégicos, rematados por una pérdida histórica de US$18,800 millones en 2024. En ese contexto, SoftBank Group, liderado por Masayoshi Son,  anunció una inversión de US$2 mil millones en acciones de Intel, adquiriendo alrededor del 2 % de la compañía, a $23 por acción. Hecho que sin duda marcó un punto de inflexión en el mercado ya que poco a poco vemos como SoftBank apuesta cada vez más por el mercado de los chips. Este movimiento no solo representa un salvavidas financiero para Intel, sino también una señal de confianza en su papel futuro en la fabricación de semiconductores en EE.UU., cabe destacar que SoftBank no buscará un puesto en la junta directiva ni comprometerá compras de chips. Pero sin duda que este movimiento viene ligado mucho al plan Stargate, el cual busca ser el centro de datos más grande y potente del mundo.

Tras el anuncio, las acciones de Intel subieron más del 7 % en bolsa, mientras que las de SoftBank cayeron aproximadamente un 4 %, cabe mencionar que todo se hizo oficial el 19 de agosto, y sin duda es una semana llena de expectativa por lo que significa esta inversión de dinero dentro de Intel. En paralelo, se conoció que el Gobierno de EE.UU. estaría evaluando adquirir cerca del 10 % de las acciones de Intel, posiblemente utilizando fondos del CHIPS Act, lo que reforzaría aún más la estrategia de revitalización nacional.

La inversión de SoftBank coincide con su participación en el gran esfuerzo de infraestructura de IA denominado Proyecto Stargate, una alianza entre SoftBank, OpenAI y Oracle, anunciada a principios de 2025, con la meta de movilizar hasta US$500 mil millones en los próximos años para construir centros de datos avanzados en EE.UU. En ese marco, SoftBank adquirió una planta de Foxconn en Lordstown, Ohio, en un acuerdo valorado en US$375 millones, que será utilizada por Foxconn (en colaboración con SoftBank) para fabricar equipos para centros de datos en el contexto de Stargate. Y esta apuesta por Intel sin duda potenciaría aún más el objetivo que tiene este proyecto.

Implicaciones estratégicas para Intel y SoftBank

Es necesario plantearse ahora la idea de qué es lo que les depara a cada una de estas empresa, por un lado Intel que necesita toda la ayuda financiera posible, y por el otro, se tiene a SoftBank que no es una empresa americana pero está abarcando con sus inversiones gran terreno estadounidense.

Alianza entre SoftBank y OpenAI

  • Para Intel, esta inyección de capital ofrece un respiro financiero mientras refuerza su capacidad de competir en procesos avanzados como el 18A y 14A, cruciales para chips de IA y alta demanda.
  • Para SoftBank, la inversión amplía su ecosistema tecnológico global: ya posee inversiones en Arm, Nvidia, TSMC y OpenAI, lo que crea una sinergia potente en el mundo de semiconductor e IA.
  • Además, representa una apuesta por la soberanía tecnológica estadounidense, alineándose con las políticas de incentivo del Gobierno norteamericano, ya que es parte del proyecto de Trump, STARGATE.

Intel se permite soñar

Lip Bu Tan, CEO de IntelNo todo es optimismo. Intel todavía necesita demostrar liderazgo tecnológico frente a gigantes como TSMC y Nvidia, recuperar clientes clave para su división de fundición (foundry), y lidiar con tensiones geopolíticas y regulatorias. El potencial ingreso del Gobierno de los EE.UU. añade complejidad a la ecuación corporativa y regulatoria.

La inversión de SoftBank en Intel representa un punto de inflexión. Es tanto un respaldo explícito a la capacidad de fabricación doméstica de EE.UU., como un movimiento estratégico dentro del ecosistema global de IA e infraestructura de datos. En medio del impulso de gobiernos y empresas por recuperar la hegemonía tecnológica, este acuerdo podría ser el catalizador que Intel necesita para retomar su liderazgo industrial.

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